sábado, 28 de enero de 2012

La liturgia en la vida de la Iglesia

Otra vez el teólogo del foro, Jesús Martínez Gordo, nos ofrece su reflexión sobre la liturgia, pero con un titular bastante tendencioso: “La reforma liturgia conciliar y la contrareforma actual”.

La Iglesia a lo largo de su historia, ha reformado en muchas ocasiones su liturgia, y lo ha hecho para alabar a Dios y llegar en cada momento de la forma más adecuada a los fieles. Todas estas reformas han sido igualmente legítimas ya que a la Iglesia le corresponde realizarlas y sólo a ella.

El Concilio Vaticano II, con ser el último no es el único, y aunque muchas cosas han cambiado respecto de los anteriores, ninguna ha anulado sino a lo sumo, corregido.

Hablar de reforma y contrareforma, es lo mismo que decir que el Concilio afirmó y ahora se niega, o que una cosa era buena y la otra mala. Son términos antagonistas y el uno impide la existencia del otro. Y esto no es verdad.

El Concilio, introdujo muchas novedades en la vida litúrgica de la Iglesia, y nadie niega su bondad si se han aplicado correctamente. Pero también es cierto que en muchos grupos o sectores de Iglesia, aduciendo al Concilio, se han pasado de la raya manipulando la liturgia eclesial y haciendo cada cual de su capa un sayo.

La liturgia eucarística en particular, ha sufrido muchos abusos por parte de algunos curas, y en concreto dentro de nuestra diócesis de Bilbao. Lugares donde cada uno usa los ornamentos conforme le pega el viento, se inventa las plegarias eucarísticas, consagra especies no autorizadas (pan y vino normales), el evangelio lo proclama un laico, ofrecen la comunión bajo las dos especies sin que el Obispo lo haya autorizado, y en el peor de los casos, cuando ha sobrado la Sangre del Señor, no se ha tratado con el debido respeto. Y esto no es aplicar el Concilio en su reforma litúrgica, es pervertir su uso y manipular al Pueblo de Dios.

La aceptación por parte del Papa, que es el único que puede determinar la liturgia universal, del rito extraordinario, no invalida la liturgia conciliar, al contrario, la propone como ordinaria y habitual, y sólo en algunos casos permite la extraordinaria. No se puede engañar a la gente y manipularla como si fuéramos estúpidos. Y además, si la Iglesia por medio de sus legítimos pastores, reforma una vez más su liturgia, deberá ser acogida con el debido respeto y aceptación por todos los fieles, como se ha hecho a lo largo de nuestra historia eclesial.

Los sacerdotes, que se limiten a celebrarla y exponerla conforme a su fiel cumplimiento, que no es su posesión, sino un derecho del pueblo de Dios.

1 comentario:

  1. Jesús Martínez Gordo tendrá todos los títulos de Teología que quiera, pero una vez más demuestra no tener ni idea de lo que significa ser Católico y del contenido del Vaticano II.

    O puede que sí tenga idea, pero por lo que va pregonando, parece no estar muy de acuerdo con ser Católico y con el CVII.

    Como siempre hay algunos para los que sin cambios no puede haber progreso.

    Si algo está bien ¿para que cambiarlo? ¿Por el simple hecho de por cambiarlo ya os parece que es mejor y que hemos progresado? Señores del Foro, eso no es progreso, sino progresismo.

    Y sin no son capaces de entender la diferencia entre ambos términos, que me lo digan que amablemente se lo explico.

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