jueves, 19 de enero de 2012

Un condensado del foro

El foro ha a publicado un “condensado” de uno de sus miembros más doctos, el Dr. D. Jesús Martínez Gordo, sobre los enfoques de la “crisis en la Iglesia”.
Parece a todas luces inocente y plural su escrito, pero da por supuesto la mayor “la crisis de la Iglesia”, algo que se debe matizar para ser rigurosos.
La existencia de las crisis es algo tan normal como la existencia humana. Cambios, procesos, debates, propuestas antagónicas. Hay tantas opiniones como seres humanos, y caminos para desarrollar la vida cuantos queramos. Pero hablar de crisis de la iglesia es mucho más complejo que limitarla al vaticano II, a la pedofilia, a la relación fieles-pastores...
“Cada uno ve la feria conforme le va en ella”, y este batiburrillo de escritos no sirve más que para de forma suave introducir una idea en el lector, que cada cual puede pensar y proponer lo que se le ocurra; y esta es una de las claves de la verdadera “crisis de la Iglesia”.
En el mercado del pensamiento, cada mente lanza su propuesta, y esto que en el plano de la discusión teórica o filosófica está muy bien porque ayuda al mundo a progresar y al hombre a crecer, cuando se habla de cuestiones de fe tiene un grave peligro. Se puede caer en el relativismo absoluto, donde cada cual se cree con la misma autoridad para proponer un credo y una manera de vivir la fe. Y esto está muy bien para las religiones familiares o individualistas, es decir para un politeísmo existencial, pero para quienes formamos parte de un Pueblo Santo, instaurado por Jesucristo por la acción del Espíritu Santo, y que llamamos Iglesia, no es así.
La fe en Cristo se vive, se celebra y se transmite en la comunión eclesial. Una comunión que nos ha de llevar a vivir con la suficiente gratitud como para saber que es un regalo inmerecido, y la suficiente humildad como para cuidarla con esmero y respeto.
Claro que hay muchos puntos de vista sobre cualquier tema, y en especial la Iglesia, sobre todo entre aquellos que desean imponer sus postulados a los demás, pero negando la autoridad de quien la ha recibido del Señor por la transmisión apostólica.
Critico a la Iglesia (es decir al Papa y los Obispos) por el “rumbo” que ha tomado, y pretendo erigirme en patrón de la nave para reconducirla.
¿Pero quiénes os creéis que sois para semejante osadía. Quién os ha dado semejante encomienda, en base a qué os arrogáis semejante capacidad y acierto?

La Iglesia no está en crisis, porque el Señor que en ella habita es el mismo ayer, hoy y siempre. En crisis estamos los fieles cristianos por nuestra falta de entrega, de fidelidad y de amor entre nosotros y con los demás. Una crisis que brota de nuestro egoísmo individualista, y que se nutre de una soberbia enfermiza. Y la única manera de luchar contra ello es mediante grandes dosis de oración, escucha de la Palabra de Dios, y la suficiente humildad para acoger la voz de aquellos a los que el Señor ha confiado la misión de acompañar y sostener la fe de sus hermanos.

Contra la crisis de la arrogancia, una cura de humildad.

2 comentarios:

  1. En primer lugar, el post del Foro de Curas de Bizkaia más que una condensación, tal como lo llaman ellos mismos, es una traducción cuasiliteral del artículo de Maria Elisabetta Gandolfi.

    En segundo lugar, si en la Iglesia de Vizcaya hay alguna crisis, no es por la gente que está en contra del CVII, ni por la jerarquía, ni por la pedofilía.

    La única crisis y lacra de la Igleisa en Vizcaya en la actualidad, es la herencia de una serie de Sacerdotes que se han apuntado al carro de una interpretación libre y a medida del CVII.

    Lo explica muy claramente Jaime Sánchez en este artículo.

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  2. totalmente de auerdo con tu comentario, Juan. Felicidades por tu blog.

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